Parece una obviedad, pero a menudo nos olvidamos de algo tan esencial: Los juguetes son para jugar. Y no nos cansamos de repetirlo: Para Jugar.

El objetivo de un buen juguete es precisamente el de apoyar, asistir e incentivar a l@s niñ@s a jugar. Jugar para aprender, y luego practicar a manejarse con en sus vidas adultas . L@s niñ@s, antes de jugar solos deben jugar acompañados, con un guía que les enseñe, les deje espacio y les dé paciencia para hacerlo ell@s sol@s.

Demasiado frecuentemente vemos en la televisión anuncios de fantásticos juguetes llenos de luces, con sonidos de todo tipo, rayos láser, cabezas enormes de muñecas, pulseras de mil colores, sensores de movimiento y servomotores autónomos… Juguetes clasificando y encasillando los juegos de l@s niñ@s, con colores pre-asignados, y niñ@s jugando sol@s, nunca con los padres.

Desgraciadamente estos juguetes y anuncios no están hechos pensando mucho en l@s niñ@s, en cómo ellos interactuarán con el juguete, ni qué les aportara, ni lo que aprenderán. Su objetivo no es incentivar a crear sus propios juegos.

Este tipo de juguetes relegan a los niños a ser meros espectadores, que observan pasivamente cómo el juguete ejecuta su espectáculo de luces y sonidos. No deja sitio para la imaginación ni para la creatividad, porque ya está todo hecho, la historia está completa y cerrada. FIN.

Los juguetes de verdad, no están cerrados y no lo hacen todo. Son l@s niñ@s los que tienen que aportar su creatividad e imaginación para idear los escenarios en los que se desarrolle el juego.

jugar con un palo

El mejor juguete de la historia de la humanidad sin duda alguna sigue siendo un palo. Un palo que puede ser una escoba, una varita mágica, un caballo, un cuchillo, un lápiz y un tenedor. Nuestros hijos imaginan, y deciden. Un palo es un activador de la imaginación de l@s niñ@s.

No obstante, debemos tener cuidado, ya que nuestros pequeños son altamente influenciables por el marketing de las grandes empresas a través de todos los medios a su alcance (TV, folletos en el buzón, catálogos, anuncios en vallas, etc.), y todavía no han desarrollado por completo su sentido crítico. Ayudémosles nosotros, los adultos que estamos cerca de ellos, padres, madres, educadores, abuelas y abuelos, que nos preocupamos de su desarrollo como personas, a elegir los mejores juguetes, a construirlos, a aprender a cocinar jugando, a experimentar lo que han aprendido en el cole, o a entender mejor las cosas complicadas del mundo que les rodea, como por ejemplo, por qué y cómo es posible que mamá se vaya durante una semana a trabajar a Brasil: con un avión y una bola del mundo es mucho más fácil.

En definitiva, ayudemos a l@s niñ@s a elegir juguetes para disfrutar y aprender jugando.

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