Todos hemos tenido, como padres y madres, esos momentos inspiradores en los que nos damos cuenta de forma reveladora de que todo lo que hacemos es muy importante, y que de verdad merece la pena el esfuerzo. Este momento lo acabo de tener hace apenas unos minutos y os voy a contar cómo ha sido.

Justo acababa de dejar a mi hijo en la cama creyendo que estaba dormido cuando le oí llamar, ”Papá ven”.

Entré en su habitación, le observé acurrucado en su camita, tapado con su edredón y abrazado a Osito. “¿Qué pasa cariño?”, le dije. “Quiero que te quedes aquí, conmigo”, contestó. Me subí a la cama y me acurruqué con él. Le abrazé y empecé a acariciarle el pelo, mientras él me acariciaba el brazo con su manita. Ahí estaba mi hijo, tranquilo, con los ojitos cerrados y esa expresión de paz que sólo tienen los más pequeños cuando duermen. Le dí un beso en la frente y pensé, “¿Cuántas veces he ido con prisas a la hora de dormirse? ¿Cuántos momentos como éste me he perdido?

Y fue ahí, tumbado en la cama, en ese momento de tranquilidad absoluta, cuando me dí cuenta de lo mucho que me hijo me necesita, y de las muchas veces que he ignorado esa necesidad.

Cuando este pequeño parlanchín de ojos enormes tenia dos años, hacíamos cualquier cosa para que se durmiera, pero no conseguíamos que se quedara solo en la cama. Siempre nos llamaba y quería que nos quedásemos con él.

Muchas veces pensé que era manía o capricho suyo, y algunas veces sentía que iba a volverme loco, porque estaba muy cansado y quería mi propio tiempo. Necesitaba un descanso. Probé muchas técnicas, y después de conversaciones interminables, canciones, cuentos, música, luces, algún llanto y enfadarme alguna que otra vez con él, este pequeño cachorro sólamente intentaba averiguar como podía hacer para estar con su padre. Porque de esto se trata, él simplemente me necesita a mí para estar con él. Y toda mi lucha en contra es inútil y solamente causa dolor, lágrimas y arrepentimientos.

Esto lo sé ahora, y esto es lo que os quiero decir a todos vosotros, padres y madres agotados que estáis leyendo esto:

Ya sé que estás completamente agotado, y que la mayoría de los días no ves que llegue el momento de irte a descansar. Necesitas un respiro o crees que te volverás loco. En serio, lo sé, pero déjame decirte ésto: duele muchísimo acordarse de cómo tu pensabas que lo que necesitabas era enseñarle disciplina y él realmente lo que necesitaba era que te acurrucaras a su lado y le dieras cariño.

¿Te acuerdas cuando eras pequeño, de cómo querías que tu papá o mamá estuvieran contigo un poquito más? ¿Te acuerdas de cuando te acariciaban el pelo, y lo bien que te sentías?

Hazme caso, algunas veces simplemente necesitas parar el tira y afloja. Ya sé que hay días en los que ya no queda nada más por ceder, y eso también está bien. Pero en las noches en las que puedas dar un poquito más, no lo dudes y házlo. Cántale una nana, acurrúcate en su cama, acaríciale la cabecita, mete la nariz entre su pelo y díle “Te quiero, eres maravilloso”.

Papá, ahora váyate”. Me dice.

Sonrio, salgo de su cama y le observo cómo queda dormido profundamente. Ya ha tenido su ración, y ya puede dormir. En verdad es maravilloso, y todo el esfuerzo merece sin duda la pena. Él es lo mejor que me ha pasado en la vida.

Solamente necesita crecer un poquito.

Y sinceramente, yo también.

¿Cuál ha sido tu momento revelador? Cuéntanoslo en los comentarios.

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7 comentarios

Marta · 21/02/2015 a las 9:48 pm

Que bonita entrada. Me siento muy identificada. Recuerdo que antes me urgia que se durmiese o que se distrajera para tener un poco de tiempo para mi. Tambien he aprendido a frenarme, salirme del frenesi del dia a dia, y simplemente mirarle tocarle, acariciarle. Y el ahora hace lo mismo conmigo. Me abraza, me acaricia, me besa, me dice mama te quiero. Esos son mis momentos favoritos del dia. Ahora la mayoria de las veces me quedo sentada mirandole, dormido ya. Es fascinante ver a un niño dormir.

    Ivan Asegurado · 23/02/2015 a las 3:39 pm

    De eso se trata de tener muchos momentos favoritos en el día. 😉

Diana · 23/02/2015 a las 10:57 am

Conmovedor y tan cierto, gracias por compartir con nosotros un momento tan precioso y tan preciado.

    Ivan Asegurado · 23/02/2015 a las 3:39 pm

    Gracias a ti por tu comentario.

Pati · 24/02/2015 a las 2:03 pm

¡Qué entrada más emocionante!
«Ahora váyate», me parto

    Ivan Asegurado · 24/02/2015 a las 6:40 pm

    La verdad es que no paran de sorprenderte, su pensamiento es tan directo y claro que a veces te quedas atónito. Y lo de las conjugaciones verbales estamos trabajando en ello. 😉

Julia · 25/02/2015 a las 10:51 pm

Precioso….Creo que mi momento revelador ha sido al leer esta entrada y mirar a mi peque q ya se restregaba los ojitos de sueño y me decía «mama, amamama??».. ( q quiere decir mama a la cama..) con esa lengua de trapo q tiene… En es instante no lo he dudado y me he acurrucado con ella a acariciarle las mejillas y a disfrutar del olor de su pelo… Tienes razón, no hay mejor cosa en el mundo!!!

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