Uno de los comentarios que más he escuchado cuando le contaba a alguien que me dedico a vender juguetes educativos, era un “ah, puzzles y abecedarios”. Que aburrido suena, ¿verdad?
Pues tengo una gran noticia que os va a encantar: Jugar a algo tan divertido como pueden ser los superheroes, también es un juguete educativo y fundamental para el desarrollo de los mas pequeños.
Ponerse una supercapa al cuello y salvar al mundo o rescatar al gatito de Luisa, la vecina, les aporta tanta educación o más que 3 horas de matemáticas y lengua. Que nadie me interprete mal, la lengua y las matemáticas son necesarias e importantes, pero no debemos dejar de lado aspectos tan importantes o más, como la capacidad de socialización, de confianza en sí mismo, creatividad, razonamiento, empatía, el control y gestión de sentimientos y emociones que son una parte importantísima de la educación y evolución de una persona.
L@s niñ@s aprenden constantemente. Absolutamente todo lo que ven, sienten, escuchan y analizan pasa a su pequeña cabecita, donde se revisa, almacena y cataloga. ¿Y cómo se establecen las relaciones de toda esa información? Pues utilizando la creatividad y la imaginación. Así son capaces de crear escenarios y situaciones preparatorias de la vida real, simulan comportamientos y reacciones que les ayudan a comprender, asimilar e interiorizar el funcionamiento social. Al tener el control sobre el escenario planteado, ellos mismos regulan hasta que punto de involucración y responsabilidad estan dispuestos a llegar. Se puede hacer y deshacer sin consecuencias.
Mediante este juego se desarrolla el pensamiento y se discrimina con mayor facilidad la realidad de la fantasía; los niños elaboran situaciones que les resultan conflictivas, ya que pueden manifestar libremente sus emociones y sentimientos porque saben que dentro del juego todo es posible y fuera de él no.
Así que la proxima vez que veáis a una SuperLola o a un SuperRamón, debéis saber que estáis viendo a un niño que está formando una personalidad fuerte, ganando autoestima y confianza en sí mismo. Y no sólo es educativo, ¡¡es divertidísimo!!
¿Os apuntais?
